Entre gritos, globos, banderolas y hurras, Susana Villarán ha dicho que se lanzará a la reelección del sillón municipal. Pero a pesar de lo que hemos visto en la mañana, no todo es color de rosa para ella, es más la tiene biiiieeeen difícil.
¿Por qué? Ahora te explicamos.
Como ya sabes, Fuerza Social no alcanzó el número de firmas para su inscripción, así que la alcaldesa se ha lanzado con el llamado Frente Amplio, donde los partidos que sí cuentan con inscripción son Tierra y Libertad, Diálogo Vecinal y Perú Posible.
1. Los chacanos, la buena familia
En Perú Posible, la crisis post Sheput ha dejado una guerra interna entre toledistas y “sheputistas” (¡Uy!, eso sonó raro) que siguen rabiando porque se haya cancelado la candidatura de Juan Sheput para apoyar a Villarán, luego de haber anunciado dicha postulación con bombos y platillos.
Juan Sheput dijo que creará una nueva facción dentro del partido
Hoy en conferencia, PP acaba de anunciar que no prestará la chacana para apoyar a “la tía Susy”, sino que solo la apoyarán. Con su “buena imagen”, dicen.
2. ¿Participación forzada?
Según nuestra fuente, en Diálogo Vecinal no habrían estado enterados de nada, el presidente supo recién a últimas horas de la noche de ayer que iban a usar su agrupación para lanzar a Villarán.
3. Frente ¿Amplio?
La relación Villarán-Tierra y Libertad tampoco va bien. El partido liderado por Marco Arana, Pedro Francke y Marisa Glave, quiere lejos a los chacanos más cuestionados, y lo dijeron en un comunicado:
“Consideramos que una alianza con Perú Posible sería contradictoria con la afirmación de la honestidad y la transparencia como valores fundamentales de la gestión de Lima Metropolitana y de la campaña electoral de Susana Villarán en estas elecciones”.
Parece que la alcaldesa debe lidiar con esto último porque el Frente Amplio no es un “club de amigos caviares presidido por Lerner”, es el nombre con el que está inscrito TyL: Frente Amplio por Justicia, Vida y Libertad. Es decir, si no llegan a un acuerdo, Villarán se quedaría sin partidos, sin frente, sin fiesta, y menos sin segunda vuelta.
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Autor: Christian Rivera