¿No que no?

El abogado y constitucionalista Javier Valle Riestra, es recordado por haber sido el más breve primer ministro de Fujimori (solo duró dos meses), pero también por las causas que defendió, unas más cuestionables que otras. Lo que no podemos dejar de reconocerle es su vehemencia y sus formas apasionadas de defender lo que él cree justo.

El último suceso en el que se vio envuelto, fue en el año 2008 cuando intentó de todas las formas renunciar al cargo de elección popular, que obtuvo en las elecciones del 2006. Después de haber presentado recursos ante el Poder Judicial, al no haber encontrado eco en el parlamento (recordemos que el cargo de congresista es irrenunciable) logró que su acción de amparo sea aceptada por un juzgado:

El Poder Judicial declaró procedente la acción de amparo interpuesta en 2008 por Javier Valle Riestra, en la que pedía que se acepte su solicitud de renuncia como congresista. El 10 de octubre se ha procedido a notificar al demandante sobre el fallo.

Valle Riestra había manifestado su voluntad de dejar el cargo en el anterior período legislativo, lo que no fue aceptado en su momento, por lo que se vio en la obligación de culminar con su gestión. La Corte Superior de Lima recién le habría dado la razón el pasado mes de julio, lo que supone –aunque tardíamente– la primera vez que se acepta la dimisión de un parlamentario, cargo irrenunciable según lo expresado en el artículo 95 de la Constitución.

Esto sentó precedentes en la jurisprudencia nacional, de la cual, por ejemplo se valió en la elección regional pasada el legislador Víctor Falconí, cuyo caso te lo contamos en extenso y con detalle (jojolete no salió elegido)

¿Quién entiende a Valle Riestra?

Pero volvamos a Don Javier. Nos econtrábamos perdiendo el tiempo revisando las actualizaciones de Facebook, cuando banner salvaje apareció:

¿Total?
¿Total? Fuente: Facebook

¿Tanto luchó, tanto trabajo le costó renunciar al congreso, para querer volver a él?

No se frustre

Recordemos que uno de los motivos que lo “obligó” a presentar su renuncia fue la falta de vocación y la frustración:

Fundamenta su pedido en varios artículos de la Constitución sobre el derecho a la integridad moral, psíquica, a trabajar libremente y a la libertad sin restricciones.

Además señala que “si bien estoy físicamente en excelente estado de equilibrio desde el punto de vista de salud, el cargo parlamentario –para el cual no tengo hoy vocación–me hace sentir psicosomáticamente mal. Frustrado”.

¿Habrá desarrollado una gran tolerancia a la frustración ahora?

¡Ojo al Piojo!

Pero al menos sigue crítico, hasta con su partido.

Autor: Willie Vásquez (el paki)

No tengo amigos, tengo fuentes... de texto

No te quedes callado ¡Comenta!