Manotazo de ahogado 2016

Según la última encuesta realizada por Datum, el nacionalismo, representado en Daniel Urresti tendría un 5% de intención de voto en las elecciones presidenciales del 2016. O sea, realmente la tienen difícil. “A menos” que algo ocurra… típico de los presidentes que quieren cerrar con broche de oro su gestión, o dar un manotazo de ahogado para asegurar su reelección.

Esta semana, la presidenta del Partido Nacionalista, Nadine Heredia, estuvo en China para reforzar los lazos con ese país y también con el Partido Comunista chino.

Entre tanto, (Oh! ¿Casualidad?) la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y el primer ministro de China, Li Keqiang, anunciaron en Brasilia el inicio de los estudios de viabilidad para la construcción de una monumental obra: el tren bioceánico. El megaproyecto tiene previsto unir el puerto chino de Tianjin, a través del Pacífico, con el puerto de Bayóvar (Piura) y desembocará en el Atlántico por el puerto de Santos (Sao Paulo), con el fin de facilitar las exportaciones de Perú y Brasil al gigante asiático.

Sin embargo, a pesar de que la construcción del tren bioceánico, sería “un golazo” en la gestión nacionalista, este ambicioso proyecto debe sortear retos de ingeniería, medioambiente y política para concretarse.

“El proyecto es una gran promesa, pero debe hacerse bien o se puede volver una pesadilla”, advirtió a la BBC Mundo.

Los expertos consultados por la BBC anticipan posibles problemas con grupos indígenas y defensores del medioambiente, ante la posibilidad de que el tren pase por zonas sensibles para ellos.

“Al hacer un canal al Pacífico abres la Amazonía al mercado chino (…) Sería una ilusión creer que eso no va a tener impacto“, dijo Paulo Adario, estratega de la ONG Greenpeace para la protección de la selva.

Empero, sostuvo que “la vía férrea tiene un impacto menor que la carretera para el transporte de producción”, y pidió que se hagan los análisis correspondientes sobre sus efectos medioambientales.