¿Se cocina un fraude?

Todas las redacciones amanecimos hoy impactadas por la potente columna (que desde el título ya pechea a todo el mundo)  del periodista Chuck Norris Gustavo Gorriti, que realmente pone los puntos en las íes de todo este, ya venido a menos, proceso electoral.

Se rompió el orden previsto y mientras la entropía afectaba al ex pelotón principal, Guzmán pasaba al segundo puesto y el pelotón pitufo se galvanizaba. Verónika Mendoza encontraba su voz, en quechua, y su mensaje; y Alfredo Barnechea le ponía interés y, sorprendentemente, hasta un poco de trabajo a su candidatura.

Entonces, con la complicidad del Apra, PPK, parte del grupo de Acuña y todo el elenco de manejadores, consultores y lobiístas, disfrazados en muchos casos de periodistas, se armó la maniobra para eliminar en mesa lo que amenazaba seguir creciendo en las calles. Y lo hicieron a la bruta, con el tipo de razonamiento que provocaría escrúpulos hasta en Azángaro, porque tuvieron urgencia de hacerlo rápido.

Confiscar la preferencia de voto del 15 o el 20 por ciento de los votantes, es nada menos que un fraude adelantado, mediante el expediente de intentar que nimios detalles administrativos abatan el más importante principio de la democracia: el derecho a elegir.

Asu.

Candidatura de Julio Guzmán, descripción gráfica. Vía: Carlincaturas
Candidatura de Julio Guzmán, descripción gráfica.
Vía: Carlincaturas

El día de ayer, la Revista Poder, realizó una recopilación de posiciones de expertos y analistas, con respecto a la decisión del Jurado Nacional de Elecciones, de rechazar los cambios en las normas internas de “Todos por el Perú”, partido que postula a Julio Guzmán a la presidencia.

¿Qué podemos rescatar de estas opiniones?

Todas se enmarcan en lo técnico e interpretativo de la misma ley. Claro, con cierto añadido político que la coyuntura obliga.

¿Y qué dicen ciertos líderes de opinión?

Tranquilos, hicimos la chamba para ustedes:

Aldo Mariátegui:

Siendo ya irreversible esa decisión, la primera pregunta es quién sale beneficiado aún sin recoger los sueltos votos morados. Esa es Keiko, pues Guzmán era su oponente más peligroso en la segunda vuelta. La segunda pregunta es adónde van esos votos, algo de difícil respuesta en el Perú: los votos del populista de derechas Kouri alimentaron a la roja Villarán y Humala creció a expensas de Toledo.

Bueno, también podemos sacar conclusiones sobre lo que ha dicho PPK, Alan García y hasta la gente de Barnechea. Todos se suben al coche.

Interesante también lo que dice Semana Económica al respecto, pero esta posición no es la que abunda:

En ese contexto, cobra interés el interés por saber a quién se trasladarían los votos de Julio Guzmán. Los resultados de Ipsos Perú fueron sorprendentes: el 29% de los votantes de Guzmán pasaría a votar por PPK y el 13% por Verónika Mendoza. ¿A qué se debe que los votos de Guzmán se distribuyan entre dos candidatos programáticamente tan distintos? A lo mismo que explica su surgimiento: parte del electorado —sobre todo de jóvenes urbanos— no se rige necesariamente por afinidades políticas, sino que vota por quien representa la novedad y no esté desprestigiado por la corrupción u otros delitos.

Estos electores son principalmente limeños y buscan alternativas ‘más serias’. “Guzmán aparenta ser improvisado, pero tiene un rollo más técnico y se queja de la política como espectáculo”, destaca Mauricio Zavaleta, politólogo de la PUCP y bloguero de SEMANAeconomica.com.

¿Estamos de nuevo en el año 2000, cuando Fujimori se llevó la elección con un fraude de proporciones?

Bonus

Pero de esto, ¿nadie dice nada, no?

Autor: Redacción Ojo al Piojo

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