“La salud mental en el Perú, está enferma y abandonada”
De los 24 millones de peruanos que conformamos el país, el 1% sufre de algún tipo de esquizofrenia, aquel trastorno que en algunos casos lleva a la incapacidad total. Pero vamos, dirán Ustedes, es solo el 1%. Sí, aproximadamente 250,000 peruanos la sufren y si a eso le sumamos que de estos, apenas el 20% (siguiendo con las cifras unos 50,000 peruanos) acceden a una atención médica pues la cosa sí pinta feo.
¡Qué locura!
En momentos cuando el país atraviesa una época de bonanza económica (que se siente más en ciertos sectores que en otros) nos encontramos con una situación bastante contradictoria en el tema de salud mental, que nos hace parrafasear al sabio Antonio Raymondi, solo que el Perú ya no es un mendigo sentado en un banco de oro, sino un loco calato.
“La salud mental en el Perú, está enferma y abandonada”
Sentencia el Dr. Héctor León, médico psiquiatra y Jefe del Departamento de Hospitalización del Hospital Hermilio Valdizán. advierte sobre la falta de presupuesto para la atención primaria de pacientes. Esto es lo que pasa en Lima, pero se replica aún, en peor forma en el resto del país:
“La encuesta metropolitana realizada por el Instituto Nacional de Salud Mental, Honorio Delgado – Hideyo Noguchi del año 2012 en Lima y Callao la prevalencia es del 37%, esto quiere decir que del total de personas entre 15 a 50 años 37 a 38 podrían padecer un trastorno mental en algún momento de su vida, lo cual es una cifra bastante alta. Sin embargo, el presupuesto para la salud mental no sobrepasa el 2% del presupuesto global de salud y de este casi el 90% se destina a la atención en hospitales y la atención primaria prácticamente sobrevive con un porcentaje exiguo.”
Grave si lo vemos de esta manera. Sólo en Lima la atención se concentra en tres nosocomios, el hospital Valdizán, el Hideyo Noguchi y el Larco Herrera, además de algunos pequeños servicios en hospitales generales. En el resto del país, únicamente en las grandes capitales existe este servicio a nivel público, por decir Piura, Trujillo, Cusco y Arequipa, y paramos de contar. En Ayacucho donde la violencia política que se vivió en décadas pasadas aún trae secuelas, la prevalencia es de hasta 50.1% de trastornos mentales en la población, y por supuesto no hay psiquiatras.
Aquí la clave es la falta de decisión política de parte del Estado, para poder generar un un real y eficiente sistema de salud mental acompañado por un presupuesto suficiente y necesario para estructurar una red de atención. Puntaliza el Dr. León:
“Por quince años se luchó por la creación de una Dirección General de Salud Mental, adscrita a la alta dirección del Ministerio de Salud. Recién hace dos años se ha creado esta, pero técnicamente es un dirección congelada, no tiene presupuesto. Tiene un director con algunos colaboradores que no tienen mayor capacidad. Peor aún, la descentralización ha traído que las regiones técnicamente sean cuasi independientes desde el punto de vista de la salud. El director regional conjuntamente con el presidente regional pueden tomar decisiones que son totalmente diferentes a las de la dirección nacional.”
Y es que el estado prioriza la atención e infraestructura de la salud pública física, antes que de la mental, tanto así que dentro de la tan publicitada reforma, por la cual los médicos peruanos llevan más de dos semanas en huelga, el tema de salud mental no se ha incluído de manera particular. Y para muestra del desinterés gubernamental un botón: el pasado mes de marzo, el presidente de la República Ollanta Humala, entre bombos y platillos, colocó la primera piedra del futuro Centro de Emergencia del hospital Rebagliati que “solucionará” el problema de cobertura de atención inmediata. Pero, para que se construya este nuevo edificio se talará el denominado “bosquecillo”, un área verde ubicada dentro del nosocomio, utilizada para brindar terapias de recuperación a pacientes con enfermedades mentales:
“Denunciamos la medida autoritaria que ha tomado la alta dirección de EsSalud, al destinar la única área verde de rehabilitación que utilizan los pacientes de salud mental y de la tercera edad para la construcción del nuevo proyecto”, declaró en un comunicado Sebastián Paz Soriano, familiar de una paciente de salud mental. “¿Donde harán sus terapias en el futuro?”, agregó.”
La defensoría del Pueblo ha instado al gobierno central a tomar cartas en el asunto. No solo es urgente sino que muy necesario, por ser, los transtornos mentales, discpacitantes en su gran mayoría.
“Eduardo Vega señaló que “la mayoría de los trastornos mentales se pueden controlar, tratar y, en muchos casos, prevenir. Debe tenerse presente que la salud mental es el recurso que permite a las personas desarrollarse y cumplir un rol en la sociedad”. Por ello, expresó su preocupación debido a que sólo se destina cerca del 2% del presupuesto general de salud en este rubro.”
Así vamos, con una inseguridad ciudadana que va campeando en todo el Perú y que nos reduce a niveles de ansiedad y estrés altísimos (por lo menos el 25% de peruanos lo sufrimos), una infraestructura casi inexistente para la atención primaria de trastornos mentales y por supuesto muchos “locos calatos” abandonados a su suerte por las calles de todas las grandes ciudades del país.
Estamos locos fregados Lucas.
También te puede interesar:
Autor: Willie Vásquez (el paki)
No tengo amigos, tengo fuentes... de texto
- Web |
- More Posts(145)